CORTISIMO METRAJE
Había una vez un automovilista
llamado Juan Pérez, a quien le agradaba manejar demasiado; tanto que le
apodaban Macqueen. Un buen día él decidió recorrer las montañas del centro
nocturno de Francia, ya que se encontraba verdaderamente aburrido, de pronto,
en medio de la carretera una chica hermosa de vestido rojo y destacante perfil
moreno le hizo la parada al estilo auto-stop, y muy tímidamente le preguntó a
Juan Pérez, donde quedaba la dirección de Tournus.
Por lo que Juan Pérez accedió a
la buena voluntad de llevarla por el camino más largo con la única intención de
apreciar aquella belleza inigualable, y estando en el auto, Carmen, la chica que
vestía de rojo conversó acerca de temas triviales para hacer el momento ameno y
menos duradero el viaje, y a pesar de ser desconocidos notaron que durante el
recorrido la charla era de gustos compartidos y mirándose fijamente a los ojos
Juan Pérez descuido el camino. Mientras tanto, el auto se desviaba del camino
hacia aquellas espesas malezas del
bosque, Carmen mantenía una mirada llena de terror, en ese instante Juan, para
tranquilizarla cruzó las manos sobre el vestido mientras el miedo la invadía; ella,
por lógica podía haber gritado desesperadamente, y aunque así fuera, lamentablemente
nadie los escuchaba puesto que en aquel lugar que se encontraban no habitaba ni las
más oscura alma.
Al final alguien no pudo admitir
la lección, porque al desvirase lejos de la fabulosa ciudad la chica del
vestido rojo aprovechó aquella maleza penetrante y oscura para sacar de su
bolso una pistola sobria y fría que apuntaba directamente a la sien de Juan
Pérez y sin más preámbulos decidió tirar del gatillo y traerse consigo la
billetera del famoso automovilista Juan Pérez. Por supuesto era una profesional
y no dejando huella tomo el automóvil para abandonarlo muchos kilómetros
después del incidente y así ella disfrutar de bienes no correspondientes.
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