LA ANCIANA Y SU GATO NEGRO
Una anciana vive sola en el campo
de San Martín cerca del rancho Villa del Monte donde más de 5000 personas
acuden cada dos años a la charrería de Don Carlos. Un buen día la anciana,
vecina de Don Carlos coge a su gato y se
traslada a la capital en busca de un cuadro que le permita paz y tranquilidad a
su hogar, un cuadro que pudiera admirar horas tras horas.
La anciana no quería que fuese de
algún famoso como Picasso, Kahlo o Botero, simplemente algo que le inspirara al
mismo tiempo que acariciaba con sus manos arrugadas pero cálidas a su gato negro. Recorrió bastantes lugares
en la capital, de hecho días anteriores había preguntado los lugares
pertinentes, aquellos en donde podría encontrar replicas de obras de autores
destacados o de aquel desconocido aficionante a la pintura.
Cuando la anciana encontró el
cuadro ideal, de tan pesado que era, se le ocurrió solicitar un envió exprés,
por lo que ella y su gato viajaban de regreso al campo, en eso, que la anciana
cruza muy segura las anchas calles de la ciudad cuando un tranvía la atropella
y muere dejando completamente solo a su gato negro.
Cuando el gato llega a la casa el
cuadro quedó en la entrada desgarrado
por los curiosos vecinos que querían ver la ultima compra de la anciana.
Pasmado el gato quedó, al ver el retrato de su dueña plasmado en una
interesante pintura. Como verán era un gato melancólicamente millonario porque
la última voluntad de la dueña era dejar como único heredero a su gato negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario